lunes, diciembre 19, 2005

Una economía próspera... con pies de barro

El "fracaso" de la pérdida de subvenciones europeas es en parte el reverso de la moneda del éxito de la economía española. Desde los pactos de la Moncloa de 1978, pasando por las reconversiones industriales de González, el primer ministerio de Solbes y la gestión de Rodrigo Rato, todos han puesto su granito de arena en modernizar las bases de la estructura económica española.

El peligro está en dejarse llevar por la euforia y no seguir pedalando. Con la globalización, el cambio tecnológico y el euro, el entorno en el que se mueve España cambia más rápido que las actuaciones de nuestros políticos. Los cimientos siguen siendo endebles para los tiempos que corren y requieren de una acción política más decidida. De otro modo la casa se agrietará cuando menos lo esperemos.

Los pilares básicos que necesita fortalecer una economía próspera en el siglo XXI son conocidos: Reglas de juego económicas, educación e i+d.

Los países más dinámicos y que tienen la economía mejor engrasada estan siendo los que permiten un juego más libre entre los agentes económicos, ya miremos a EEUU, el Reino Unido, Irlanda o los países nórdicos. Casualmente -o tal vez no sea casual- todos con un perfecto dominio del idioma de los negocios, el inglés.

Pensando en las reglas del juego, espero que Solbes se preocupe mucho más de las reformas estructurales liberalizantes. La reforma propuesta del mercado de trabajo va en la buena dirección, pero es tímida y todavía tiene que pasar el filtro de los sindicatos.

Se habla con razón de la i+d como un pilar de la produtividad. Esto es completamente cierto, pero no de modo automático. En España, más perjudicial que el déficit de fondos para investigación, es que la ciencia va a su bola y no tiene un encaje real en el tejido productivo. Tan importante o más que aportar más fondos sería reestructurar la investigación para que sea útil a las empresas, y que las empresas financien una mayor porción de la investigación.

De la educación mejor no hablar. A estas alturas creo que nuestros politicos, de izquierda y de derecha, han demostrado que son absolutamente incompetentes para proporcionar una educación de calidad. Y sin embargo que a nadie le quepa duda de que la educación es el primer determinante del futuro del país. Que Dios nos coja confesados.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Aunque soy casi profano en economía, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, que es la sensación que tengo desde hace tiempo.

Curioso es el caso de Irlanda, pues una conocida que estuvo allí hace poco me comentaba que no se han gastado un puto euro de los fondos de cohesión en autopistas; no hay apenas, como tampoco las hay en los países escadinavos. Aunque es evidente que no es comparable España con dichos países tanto en orografía como en extensión y población, no deja de ser significativo que en Irlanda gran parte del dinero de los fondos de cohesión hayan ido a parar a I+D.

La verdad es que no sé hasta cuando se puede seguir así (comprando maquinaria alemana para construir casas para vendérselas a los ingleses), pero imagino que para que un país esté en el primer mundo tiene que tener algo de tecnología. Digo yo que en algún momento Croacia absorberá turismo de sol y playa, y antes o después le llegará el turno a ¿Albania? ¿Túnez? ¿Marruecos?, a mitad de precio que aquí. ¿Qué riqueza generará entonces España?

6:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estoy bastante de acuerdo con el diagnóstico que realizas sobre la situación económica y sobre las decisiones que hay que adoptar. Ahora que la economía sigue creciendo a un buen ritmo sería el momento ideal para reforzar y ensanchar esos pilares a los que te refieres.
Creo que Solbes y su equipo tenían (y tienen) buenas ideas en ese sentido pero ya sabemos que la coyuntura política está como está. El mismo Vicepresidente en una entrevista reconoció que se están retrasando algunas reformas porque hay que acabar de cerrar otros debates políticos antes de tomar decisiones económicas.

Saludos

10:52 p. m.  

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