sábado, noviembre 12, 2005

Con el Marco viviríamos mejor

Juro que no entiendo el compromiso de Angela Merkel de aumentar el IVA para sacar adelante la economía alemana, cuando lo que necesita Alemania es consumo e inversión, no apretarse el cinturón. El caso es que aunque Merkel quiera aumentar la demanda tampoco tiene mucho margen. El Euro le ata las manos para utilizar las clásicas recetas no estructurales.

Si le preguntamos a un economista como darle un empujón a la economía de un país cualquiera en dificultades, nos dará las dos recetas clásicas que no precisan complicarse la vida con cambios estructurales. Primero, bajar los tipos de interés; segundo, déficit público. Decididamente la primera es la mejor de las palancas. Es rápida y fácil de implementar, no crea deuda y no añade la tentación de tirar el dinero regalándolo a grupos de interés y amiguetes. Paul Krugman añadiría una tercera palanca por si ninguna de las dos anteriores funciona: la inflación.

Alemania es una de esas naciones en dificultades que necesita dar un empujón a la locomotora, pero para su desgracia, la entrada en el Euro le ha arrebatado el control de los tipos de interés, y también el de la inflación. Desgraciadamente también ya ha quemado el cartucho del déficit público y parece que no está funcionando.

Alemania ha probado el déficit público hasta más allá del límite de lo que permite el Pacto de Estabilidad y Crecimiento europeo, haciendo que los frugales alemanes empiecen a ponerse nerviosos por ir sumando deuda y estar en el grupo de morosos que incumplen todos los años el pacto. El caso es que se han quedado sin palancas macroeconómicas. Ni el tipo de interés, ni la inflación están en manos del gobierno alemán. Le corresponde ahora al Banco Central Europeo la responsabilidad de imprimir los euros y fijar los tipos de interés, y entre sus ocupaciones no está la economía alemana. Su única obsesión parece ser mantener la inflación europea al 2%.

A mi modo de ver Alemania ha perdido demasiada capacidad de reacción con el Euro. Con la vieja moneda, podría haber reducido hace tiempo el tipo de interés, llegando hasta el 0% si es preciso. Si esto no funciona, todavía le quedaría además la palanca de la inflación para hacer otro intento. El caso es que Alemania ya no controla ninguna de estas palancas.

El perjuicio es gigantesco. Si contamos con que estas soluciones podrían haberle dado vidilla a la economía germana desde hace tiempo, que para estas alturas podría estar trotando a un ritmo ágil, estaríamos hablando de posiblemente decenas de miles de millones de euros de pérdidas ocasionadas por el Euro.

Vale, pero el Euro aportará ventajas que compensen esta pérdida, ¿no? Pues va a ser que no. El euro está proporcionando estabilidad monetaria y bajos tipos de interés, pero eso es algo de lo que Alemania nunca ha escaseado. El Marco era una moneda estable, hasta el punto de que era el patrón al que se fijaban las demás monedas europeas, así que en este sentido no se ha ganado nada.

El Euro aporta alguna ventaja para el comercio en la zona, porque elimina la incertidumbre de la fluctuación de los tipos de cambio. Sin embargo no creo que sea una ventaja fundamental. Al fin y al cabo el comercio con países fuera de la zona euro como Gran Bretaña o Suecia va viento en popa. Me da la impresión que es una ventaja mínima comparada con los perjuicios mucho más fundamentales de no poder utilizar los tipos de interés para arrancar la locomotora en tiempos de crisis o devaluar la moneda cuando el problema es la falta de competitividad.

Puede que el Euro sea buena idea para países como España que históricamente han tenido más problemas con la estabilidad monetaria –yo no lo creo de todos modos-, pero en cualquier caso no para Alemania. Ha perdido mecanismos importantes que ahora se están revelando como esenciales y lo que ha ganado se puede calificar de secundario.

Se puede decir que el Euro ha sido para Alemania el timo de la estampita, con el agravante de que ha sido un auto-timo. Alemania se ha engañado a sí misma pensando que el euro iba a promover el crecimiento de su economía.

Si Tony Blair ha jugado alguna vez con la idea de unirse al Euro, estoy convencido de que se le habrán pasado las ganas viendo la experiencia reciente de Alemania. Algo parecido deben estar pensando también los suecos.

6 Comments:

Blogger Marcela Mendoza R. said...

hola. me gusta tu página. para alguien que vive lejos, explicaciones sencillas y claras es lo mejor para entender e ilustrarse sobre la economía extranejera.

5:17 p. m.  
Blogger gulliver said...

Gracias por el cumplido, Marcela. Saludos

6:34 p. m.  
Blogger R. Senserrich said...

Hombre, Alemania usó la palanca fiscal sin hacer los deberes para que esta funcionara, a saber, tener unos mercados razonablemente flexibles.

De todos modos, el gran problema alemán es que son dos países, con dos niveles de paro radicalmente distintos (8% en el oeste, 20% en el este). Su problema no es el Euro, es que han anexoionado a Marruecos...

8:23 p. m.  
Blogger gulliver said...

Un 8% de crecimiento en el Oeste no es una maravilla, y el crecimiento es de caracol. ¿Es realmente la Alemania del Este el problema de Alemania o una economía demasiado regulada? Yo voto por lo segundo.

Para mí está claro que Alemania juega con desventaja. En EEUU Bernanke puede poner una marcha corta o larga a conveniencia según el país vaya por autopista o por terreno embarrado. Pero en el caso de Alemania es el Banco Central Europeo el que mete las marchas, y no a conveniencia de Alemania, sino siguiendo su propia agenda de inflación a nivel europeo.

10:05 a. m.  
Blogger Alex Guerrero said...

Es curioso, porque cuando íbamos todos a cerder la palanquita monetaria con la entrada del Euro (1997-1999), lo que se decía entonces era que países como España iban a pasarlo mal porque el Banco Central Europeo, con sede en Alemania, miraría más por ir al 'ritmo alemán' que al de los países periféricos, aplicando recetas pro-alemanas.

La realidad ha sido otra. Los sucesivos gestores del BCE se han preocupado sólo y únicamente de mantener la inflación baja (deberían aprender, de Greenspan, que el empleo también es importante, para no tener disturbios por ejemplo). Y esto ha beneficiado y mucho a los países tradicionalmente inflacionarios.

Suscribo a Egócrata: Alemania tiene mercados estancados, aunque muy buena base para despegar. Tiene que romper sus cuellos de botella, me temo, y pasar un corto periodo de penurias y estrecheces para volver a volar. Que mire a España en 1979, Japón desde 1990, México desde 1994. O acabará como Italia...

2:32 a. m.  
Blogger gulliver said...

Estoy de acuerdo con vosotros en que Alemania debe flexibilizar y dinamizar su economía. Pero el punto del post era otro.

La idea es que aunque Alemania flexibilice su economía tanto como EEUU seguirá teniendo menos control de su economía. La Reserva Federal americana tiene más capacidad para evitar recesiones o inflaciones, o para salir del atolladero si estas se producen. El Bundesbank no. Alemania y los demás países de la zona Euro nos hemos atado juntos uno de los pies. Si fuesemos todos a la misma velocidad sería perfecto, pero como no es así, es un incordio.

10:23 a. m.  

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