jueves, septiembre 15, 2005

¿Somos europeístas?

Pues la verdad es que los españoles sí. Les preguntes lo que les preguntes sobre satisfacción e integración europea, las respuestas suelen ser francamente positivas y optimistas. No en vano España ha prosperado bastante desde que nos incorporamos a la Unión Europea allá por el año 1986 y, con razón o sin ella, asociamos Europa a esta prosperidad.

Sin embargo no todos los países europeos son igual de positivos. El último eurobarómetro, con trabajo de campo hecho en mayo y junio, en el tiempo de los referendums constitucionales francés y holandés, toma el pulso a los europeos y nos puede dar una idea más precisa de cuales son los países más euroescépticos.

En general los españoles están satisfechos de su pertenencia a la UE (66%). No tanto como los holandeses o los irlandeses, pero desde luego más que la media (54%). Todos los países parecen estar de acuerdo en ello, pero curiosamente entre los suecos, chipriotas, austriacos y británicos son más los que piensan que su país no se ha beneficiado de ser miembro de la UE que los que piensan lo contrario.

Pero aunque estén contentos de pertenecer a la UE, ¿están los ciudadanos deseosos de una mayor unión política? El tema es conflictivo. Si hiciesemos una votación a nivel europeo, la mayoría estaría a favor(58%), sin embargo la unión política habría que hacerla por unanimidad, así que tenemos que contar las opiniones de cada país. Por países, los británicos, finlandeses, suecos, austriacos y daneses no son hoy por hoy partidarios de una unión política, así que será difícil avanzar a medio plazo en una unión que incluya a todo el mundo. Por el momento sólo un núcleo duro unido políticamente, una europa de dos velocidades, sería plausible. Eso no quita para que los ciudadanos de todos los países estén a favor de una política de defensa y seguridad y de una política exterior común.

La entrada en el club europeo nos ha beneficiado pero ¿hasta que punto estamos dispuestos a que otros países se beneficien también de ellos? Los europeos están claramente a favor de la entrada en la UE de Croacia y Bulgaria, y claramente en contra de Turquía y Albania. Para otros países como Rumania, Ucrania, Macedonia, Bosnia o Serbia la opinión no es clara y la ciudadanía está dividida al 50%. Curiosamente los españoles son muy abiertos a la ampliación y permitirían la entrada de cualquiera de estos países. Incluso a Turquía, un 42% de los españoles le da la bienvenida, frente a un 33% que está en contra de si entrada.

Vienen tiempos de reflexión. Con un proyecto de constitución moribundo y que nadie se decide todavía a hacerle la eutanasia, Europa debería de momento concentrarse en sus problemas económicos. Alemania, el motor de Europa, e Italia, son enfermos económicos desde hace tiempo y no terminan de recuperarse. Francia tampoco es una maravilla en cuanto a su lucha contra el desempleo. Además la globalización y el envejecimiento de la población plantea retos que los europeos deben ir afrontando. Ninguna unión política sería la panacea para resolver estos problemas.