viernes, septiembre 09, 2005

Nacionalismo excluyente

No tengo una opinión definida sobre si el gobierno debería permitir la OPA lanzada por Gas Natural sobre Endesa. Argumentos hay para todos los gustos, y salen defensores hasta de los sitios más insospechados, como Alberto Recarte en Libertad Digital:

“El gobierno se ha opuesto en el pasado a las fusiones ente Unión Fenosa e Hidrocantábrico y a la de Endesa con Iberdrola y, también, a la de Gas Natural con Iberdrola, promovida por Repsol. En todos los casos, el razonamiento fue que una disminución del número de compañías afectaba a la competencia y, en definitiva, a los consumidores. Argumentos poco sólidos en un mercado oligopolista con intervención continua de precios. Y los efectos de la negativa del gobierno no han sido nimios. Hidrocantábrico quedó descabezada, hasta que cayó en manos de EDF; Iberdrola ha seguido constituyendo un objetivo opable para las compañías con suficientes fondos propios y Endesa ha tenido que afrontar en solitario las dificultades de sus grandes inversiones en Iberoamérica; lo mismo que Repsol YPF.

La posibilidad de una inspiración política en la actual OPA de Gas Natural e Iberdrola enturbia enormemente una propuesta que, desde el punto de vista empresarial, e incluso de mercado y competencia, tiene lógica. Hay un problema de tamaño que se ha tardado demasiado en abordar.”

Pero el propio Alberto Recarte patina cuando advierte “del posible deseo de La Caixa de catalanizar la sociedad resultante”. Dejemos que le responda el presidente de La Caixa, Ricard Fornesa:

“Es curioso, cuando una actividad tiene su sede en Barcelona, se dice que se catalaniza; pero cuando la operación se dirige desde Madrid nadie dice que se madrileñiza. Entonces parece que la ubicación es un elemento superfluo. Una empresa puede estar en Sevilla, Zaragoza o Barcelona sin que ello incorpore ninguna significación política. Quiero insistir en la idea de que no se nos discrimine a los catalanes, no vaya a resultar que algunas actuaciones excluyentes vengan de fuera y no de nosotros.

A los que afirman que la Caixa forma parte del sector público catalán, les replica que "no es cierto, es privada, la aplastante mayoría de sus órganos de Gobierno está formada por representantes de entidades privadas, que son las fundadoras, cívicas e impositoras".

El PP está en zafarrancho de combate territorial y ha movilizado a las autonomías donde gobierna y Esperanza Aguirre ya ha encargado al Tribunal de Defensa de la Competencia un informe sobre la operación, a pesar de que la eléctrica carece de clientes en Madrid.

Emilio J. González de LD sabe que existe este nacionalismo anticatalán excluyente cuando sugiere que “la dirección de Endesa podría apelar a ese mismo sentimiento [nacionalista] para parar el desembarco catalán a través de Gas Natural”. Sentimientos nacionalistas que no impiden que desde el PP se vea con buenos ojos una contraopa por parte de una empresa extranjera. Cualquier cosa antes de que se la lleve Gas Natural.