Una hoja de ruta vasca
Todo final negociado de la violencia tiene sabor un sabor amargo a derrota de los principios democráticos frente a los que hacen uso de la violencia. Sin embargo, cualquiera que tenga un conflicto sobre las espaldas tiene que enfrentarse a la realidad y hacer una evaluación en todo momento de cuál es la magnitud de la posible concesión, cuánto hay de justo, si es que lo hay, en las razones del otro bando, y cuál es el coste de no acabar con el conflicto. Esto viene a cuento de la comparación con Irlanda del Norte. Ni las reivindicaciones del IRA tienen la misma carga de razones que las de ETA, ni su peligrosidad es comparable.
En el caso de ETA sus posibles justificaciones son muy débiles. Si el derecho de autodeterminación es una causa perfectamente legítima, cometieron un error criminal al continuar con la violencia después de ser aprobada la Constitución de 1978 y el Estatuto vasco de 1979. Su causa tenía una posibilidad de abrirse camino en una sociedad abierta, que si bien no contaba con una vía legal y democrática hacia la independencia, al menos podía ganar fuerza en el Parlamento Vasco y forzar una negociación por la vía pacífica. Sus métodos criminales perdieron toda legitimidad al perder el apoyo de la sociedad vasca.
El coste del conflicto es hoy por hoy pequeño, con una ETA debilitada policialmente, una organización terrorista que parece no querer optar por el atentado masivo, al estilo yihadista, y cada vez más dudas dentro de la izquierda abertzale sobre el camino a seguir. Mientras no cambie la estrategia terrorista, o mejore en operatividad (cosa dudosa), hay que reconocer que el coste del terrorismo etarra es hoy por hoy asumible. Sin embargo el riesgo de que ETA entre en una fase de desesperación y locura y le dé por emular a Al Qaeda con muertes masivas de civiles, no es despreciable.
Ni las razones, ni la fuerza están hoy del lado de ETA. En consecuencia, el nivel de concesión que nuestro Estado debería poner como límite en una negociación con ETA debería ser pequeño, pero no cero. Los riesgos de una ETA enloquecida existen y un fin negociado con concesiones mínimas puede ser aceptable.
¿Hasta dónde podemos minimizar las concesiones? Me parece poco práctico que se pida a ETA que deje la lucha armada para empezar a negociar, porque si ETA deja el chantaje, sabe que no puede esperar ninguna concesión.
El final de ETA está mezclado, queramos o no, con el final del conflicto político entre las dos sensibilidades del País Vasco, la españolista y la vasquista. Me parece importante llegar a un marco de entendimiento para los próximos 25 años por lo menos, y eso sólo puede hacerse mediante un estatuto negociado en el que participen todos los partidos posibles alrededor del “centro” político vasco que representan PNV y PSE. Todos los partidos menos Batasuna y EHAK, que deberían estar excluidos de toda negociación política mientras ETA no abandone la lucha armada. No creo que sea justo, ni práctico ofrecer a ETA la posibilidad de que ejercer su amenaza como fuerza de negociación política.
Esta negociación debería comenzar sin condiciones previas, porque si se impone la actual Constitución Española como límite a cualquier negociación, lo más probable es que no haya negociación. Con mayor motivo, no son aceptables otras condiciones previas como el reconocimiento de la territorialidad y el derecho de autodeterminación con que machaca Otegi, o una interpretación demasiado unilateral del respeto a la voluntad mayoritaria de los vascos y las vascas, con que nos regala Ibarretxe los oídos. Mientras se esté negociando un marco conjunto de convivencia, la voluntad de los españoles y las españolas es tan respetable como la de los primeros y las segundas.
Tampoco me parece correcto que se aplace toda negociación política entre partidos hasta que acabe la violencia terrorista. Los nacionalistas moderados no tienen la culpa de que unos criminales estén ejerciendo la violencia en nombre del nacionalismo, ni tienen por qué aparcar sus objetivos políticos. Menos todavía cuando el fin del conflicto político ayudaría a desactivar la lucha armada.
Volviendo a la negociación con ETA, las concesiones deben ser mínimas, de acuerdo con su inmoralidad y debilidad. Se le debe dar la oportunidad a la izquierda abertzale de participar en la elaboración del nuevo marco político, pero sólo si ETA deja las armas. También se deberían hacer concesiones sobre el futuro penal de los presos de ETA si se quiere llegar a firmar un acuerdo de paz.
No sé por donde respira ETA, ni que está dispuesta a conceder. Posiblemente sea verdad que haya una división entre duros y blandos, y sus cartas no están todavía definidas, aunque las últimas bombas, cuando Zapatero estaba hablando de negociación, me hacen pensar en que son los duros los que mandan.
No creo que se deban hacer más concesiones, pero tampoco me parece realista hacer menos. Si pueden sacar partido de estas concesiones y venderlas como un triunfo, mejor para ellos. Si no les parecen suficiente después de tantos años de lucha, tanto peor para ellos. Las fuerzas de seguridad darán buena cuenta de los terroristas que queden todavía en activo, aunque sin duda costaría todavía bastante tiempo y dolor.
Esta es una segunda versión del texto posteada a las 21:00
4 Comments:
De acuerdo en que el coste de ETA es asumible por la sociedad española, pero creo que aún así darles la oportunidad de dialogar con el Gobierno y poner punto y final a tantos años de violencia no debe ser dejado nunca al margen. Sobre la negociación del nuevo Estatuto desde luego sin Batasuna mientras no haya tregua, pero EHAK ahora es legal, y tiene muchos escaños como para ser dejada de lado, al menos mientras sea legal, sino estaríamos comentiendo un error en términos democráticos.
Y creo que las concesiones que habría que hacer para acabar con ETA merecerían la pena si con ello consiguieramos no volver a sufrir terrorismo en nuestro país, es una losa que llevamos desde hace demasiado tiempo. Y ahora que la lucha policial les tiene en horas bajas creo que tampoco están en posición de ponerse exigentes...
No sé, creo que la vía que está llevando este Gobierno al respecto puede ser buena, y si consiguen el fin de la violencia nadie va a poner peros.
Un saludo!!!
"creo que aún así darles la oportunidad de dialogar con el Gobierno y poner punto y final a tantos años de violencia"
Dialogar por supuesto. Dialogar es gratis. Pero ¿qué les vas a dar a cambio? Porque ETA no va a dejar la violencia a cambio de nada, por mucho que esté en horas bajas.
"desde luego sin Batasuna mientras no haya tregua, pero EHAK ahora es legal, "
EHAK es legal, pero que sea legal no significa que los demás partidos tengan que negociar políticamente con ellos. No me parecería buena idea negociar con ellos mientras ETA no deje la lucha armada.
"Y creo que las concesiones que habría que hacer para acabar con ETA merecerían la pena si con ello consiguieramos no volver a sufrir terrorismo en nuestro país"
Depende de qué concesiones, ¿no?
Saludos
Hombre, claro que depende de qué concesiones, pero supongo que permitir la vuelta de Batasuna al Parlamento vasco, o mover presos a cárceles del País Vasco compensaría si con ello se consigue que ETA deje las armas. La verdad es que es todo muy relativo, hasta que las propuestas no salgan a la luz es muy dificil pronunciarse, pero mi posición inicial es a favor de pactar el fin de la violencia, pero claro, hasta que no sepamos qué vamos a dar a cambio no puedo tener absolutamente claro si va a merecer la pena o no.
Claro que por mucho que EHAK sea legal no hay por qué negociar con este grupo político, pero creo que dejarles fuera de las negociaciones no está bien si tenemos en cuenta que tienen apoyo electoral. Aunque por mucho que se les permita negociar con esto no quiero decir que haya que decidir cómo va a ser el Estatuto poniéndose de acuerdo con ellos, pero sí dejándo que su opinión se oiga como sus votantes querrían. Finalmente si quieren cambiar el estatuto los que tienen que ponerse de acuerdo son PSOE y PNV, dejar que EHAK negocie es testimonial, y siendo un partido legal que tiene 7 u 8 escaños (ahora no me acuerdo bien) me parece lo lógico en términos democráticos.
Un saludo!!!
No creo que a ETA le baste con el acercamiento de presos y la legalización de Batasuna. Vamos, no conozco sus pensamientos, pero es lo que me huele por su trayectoria y sus declaraciones. EHAK es un brazo político de ETA, aunque esté legalizado, y como tal sería una extorsión negociar políticamente con ellos mientras sigue la lucha armada. Creo que ofrecer la negociación de un nuevo estatuto con Batasuna o EHAK y beneficios penitenciarios para los presos, que incluya más rápidas excarcelaciones puede ser asumible y tal vez aceptable por ETA. En cualquier caso podría ser un ofrecimiento más apetitoso para ETA si ven que se empieza a negociar sin ellos y se van a quedar fuera del nuevo marco por matones.
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