domingo, agosto 21, 2005

Renta básica universal

En RP hemos puesto en marcha una iniciativa conjunta: los debates de grupo. Si todo va según lo previsto, cada semana varios autores de RP expondrán sus puntos de vista sobre unos temas propuestos previamente en la red interna, sobre el que habrán tenido tiempo de profundizar y trabajar, ya sea en grupos o individualmente. El primero de ésta serie de debates es el que tiene por tema la Renta Básica Universal.

La renta Básica Universal (RBU) consiste en una paga no contributiva (exenta de impuestos) de 5.400 € anuales que el Estado asigna al ciudadano, en concepto de ciudadanía, independientemente del nivel de ingresos, el patrimonio, o la actividad económica (asalariado, empresario, desempleado, jubilado, estudiante...), y sin exigir nada a cambio.

Para los menores de edad, ésta paga se reduce a 2.700€ anuales.


La máxima anarcocomunista, «de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades», viene especialmente bien para hablar de la renta básica universal, pues su filosofía es garantizar a cada uno un mínimo vital con el que satisfacer al menos las necesidades básicas. El problema viene con la primera parte de la máxima. No sólo no podemos garantizar que cada uno aporte según su capacidad, sino que la renta básica podría empeorar las cosas. Echemos a volar la imaginación en un país con renta básica universal.

Agus coge cada año su renta básica y se la lleva a Santo Domingo y, al cambio de moneda, vive allí sin trabajar como un rey con una mulata en cada brazo. Bartolo está casado y tiene dos hijos. Su familia vive muy decentemente con sus 16200 euros anuales (*) de renta básica en Orense, en el pueblo de sus abuelos. Ha decidido que viven bien y que no necesita trabajar. Eso sí, de vez en cuando hace chapucillas por la zona para redondear sus ingresos que no declara a hacienda. Casimiro acabó la universidad hace tres años y desde entonces lleva dadas tres vueltas al mundo con el dinero de su renta básica. No tiene ningunas ganas de dejar de viajar, sentar cabeza y ponerse a trabajar. Dora se ha licenciado en Filosofía hace también tres años, vive con sus padres y utiliza su renta básica para sus gastos personales. Está buscando trabajo y le han ofrecido empleos de administrativo y de comercial, pero piensa que no ha estudiado filosofía para acabar en uno de esos trabajos. Aspira a algo más estimulante. El sueldo que le ofrecían tampoco era muy alto, comparable a su renta mínima, pero lo peor es que hacienda se llevaría el 57% de su mísero sueldo. Sencillamente no le merece la pena. Elena es electricista. Está harta también de que hacienda se lleve la mayor parte de lo que gana y se ha pasado a la economía sumergida. Sólo acepta trabajos que le paguen al contado y sin factura. Para hacienda, Elena está oficialmente parada y ya no recibe ni un euro de ella. Eso sí, ella recibe su renta básica. Feli está casada y tiene dos hijos. Con la renta básica que le proporcionan a ella y a sus hijos, ha decidido dejar de trabajar y dedicarse a cuidar de sus hijos.

Estos son casos de personas, que a raíz de empezar a cobrar la renta básica han cambiado su relación con el trabajo. Han dejado su trabajo, o no tienen tanta prisa en encontrar trabajo, o directamente no necesitan trabajar, o trabajan pero han dejado de contribuir a la sociedad con sus impuestos. Todos han dejado de contribuir a la sociedad “según su capacidad”. Por supuesto que no es el caso de todo el mundo. Está también Geno, que no tiene hijos. No soporta a su jefe, pero le gusta trabajar, o más bien odia la inactividad. Además ha obtenido un sustancial aumento de sueldo como consecuencia indirecta de la renta básica. Le ha dado un ultimátum a su jefe que no le subía el sueldo desde hace siglos, con el respaldo moral de que si le decía que no, tenía la renta básica para poder dejar la empresa. Su jefe no se lo ha pensado ni un minuto en darle el aumento, no podía permitirse el lujo de perderla. Se han ido varios empleados a raíz de la renta básica y hay un montón de trabajo que sacar adelante en la empresa.

Espero que estos ejemplos sirvan para ilustrar las posibles consecuencias de implantar una renta básica. Seguro que a vosotros también se os ocurren muchos más ejemplos de cambios de actitud cuando tienes una renta segura en el bolsillo. No vivimos en un país nórdico en el que el sentido de comunidad y de respeto a la ley esté fortalecido. En nuestro país no destaca la ética del trabajo, sino más bien el individualismo y la picaresca. No quiero exagerar la nota, España no es un país de sinvergüenzas y cada vez se vuelve más “europeo”, pero lo que quiero destacar es que determinadas políticas, como la de la renta básica pueden ir en el sentido contrario, de reforzar las ganas de “defraudar” al sistema en dos sentidos: vivir del trabajo de los demás y no ayudar a la sociedad aportando vía impuestos la parte correspondiente de lo que ganas.

La renta básica es como un río de aguas rápidas que se va aproximando a una catarata. Cada vez hay menos estímulos para trabajar o para mantenerse en la economía oficial. La recaudación de hacienda baja y el tipo del 57% ya no es suficiente para sostener la renta básica. El ministro de economía no tiene más remedio que subir el tipo impositivo todavía más, con lo cual cada vez más empresas y trabajadores de la economía oficial se indignan por pagar tanto a hacienda y se pasan a la economía sumergida. Es un círculo vicioso que acaba en una brecha social o en el colapso del sistema.

Pasando a un tema un poco más técnico, la renta básica es una medida inflacionista, que no solo crea inflación alta, sino lo que es peor, inflación creciente. No es difícil de entender la mecánica. Al igual que en el caso de Geno, la renta básica y el hecho de que haya gente que elige dejar de trabajar, crea condiciones idóneas para que las empresas no tengan más remedio que hacer sustanciosas subidas de sueldo a sus empleados. Es más, si las empresas quieren producir lo que la sociedad demanda, las empresas no sólo tienen que competir entre sí para conseguir buenos trabajadores en época de escasez de trabajadores, sino que tienen que suplir la escasez pagando horas extras y comprando más maquinaria automática para cumplir con los pedidos. El caso es que las empresas no van a dejar de recoger beneficios, porque para eso cerrarían, así que la única posibilidad de pagar todo eso es subir el precio de sus productos. Y hay tenemos la inflación.

Hay más temas técnicos que mencionar. Primero que la renta básica debería ser actualizada con la inflación, como se hace con las pensiones, porque si no perdería valor con el tiempo y no serviría de nada. Segundo, que el gobierno tiene medios de luchar contra la inflación por medio de la política fiscal, esto es, subiendo los impuestos o reduciendo el gasto, sólo que estas medidas producirían más paro, bajarían la renta per cápita y todavía meterían más estrés sobre la olla a presión de la hacienda pública. Tercero, si el gobierno no toma esas medidas, se produciría un proceso hiperinflacionista que sería inaceptable para la Unión Europea. Al fin y al cabo estamos embarcados en la misma moneda.

Independientemente de si se actualiza la renta básica o de la política fiscal del gobierno, el sistema no es sostenible. Puede haber cierta variación sobre el camino y el punto final, pero tarde o temprano alguno de los siguientes destinos, o una combinación de ellos es inevitable: O bien el colapso de la hacienda pública, o bien una brecha y explosión social que acabe con el sistema, o bien un proceso de hiperinflación, o bien la completa devaluación de la renta básica erosionada por la inflación.

A la pregunta de si la medida es justa, o si puede ser de ayuda en temas como la exclusión social, la mujer, la independencia juvenil o la vida familiar, la única respuesta posible es que no, porque la renta básica no es sostenible. Ninguna medida que sólo funcione a corto plazo puede ser justa ni buena para nadie.

Quizás el concepto más arriesgado de la renta básica es el de universal. Aunque todos tienen necesidades, no todos los que tienen rentas bajas o ninguna renta están en esa situación por los mismos motivos, y no todos tienen las mismas posibilidades de trabajar y salir de esa situación. Como crítica constructiva, mi propuesta es que los casos de rentas bajas, se deberían ver persona a persona por trabajadores sociales, e identificar los casos de verdadera exclusión social e imposibilidad para ganarse la vida, con unos criterios restrictivos y de sostenibilidad para la hacienda pública. Las soluciones no tienen que ser o limitarse a proporcionar una renta. Si hay exclusión social se debe ir a resolver las causas, no sólo a paliar los efectos.

Lejos de ser sólo un problema económico, la fuente de todos los males viene de un importante cambio sociológico. Hasta ahora el trabajo era algo necesario para vivir, y el común de los mortales no se puede plantear una vida sin trabajar. La renta mínima cambia el concepto de trabajo, convirtiéndolo en algo opcional que sirve para vivir mejor. En resumidas cuentas, incentiva que no todos aporten según su capacidad. Si hubiese que explicarlo en una sola frase, esa sería la idea clave para entender porque la renta mínima cambia totalmente la idea de trabajo y hace insostenible la economía.

(*) La cifra sale de dos adultos (5400 € cada uno) y dos menores (2700€ c.u.). Estas cifras provienen, hasta donde yo sé, de un estudio hecho en Cataluña con la suposición de que Cataluña no es solidaria con el resto de España (J. Arcarons, À. Boso, J. A. Noguera y D. Raventós: Una proposta viable per a Catalunya. Mediterrànea, 2005). Las cifras para España serían obviamente más bajas.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No estoy nada de acuerdo con los supestos que mencionas en la primera parte del escrito, pero considero que la renta basica es necesaria y viable. He de decir que tampoco estoy de acuerdo en financiar la renta basica a trvés del IRPF.

Lo que considero es que es necesario reequilibrar la economia y para ello es necesario reorientar la economia hacia una economía sostenible.

La renta basica es necesaria ya que no hay trabajo para todos y es una buena forma para que la gente que quiera trabajar trabaje.
Lo que no es de recibo es que quien trabaja y aporta algo a la sociedad, se le grave con impuestos. Es por ello que lo que hay que gravar es el consumo no el trabajo.
Las empresas nunca pagan impuestos, porque cuando fabrican y venden un producto en el precio incluyen los impuestos y lo beneficios. Porque no se elimina el impuesto de sociedades y se aumenta el IVA. El precio del producto permanece igual pero nuestra empresa es más competitiva. Por que lo que se importa de China ya no pagaria un 16%de iva sino un 40 o 50%.

Se daria una renta basica a todo el mundo, la renta basica como indica su nombre es basica para la subsistencia, a traves del iva se modularian los precios de los productos. Y te aseguro que no hay nada peor que no tener trabajo todo el mundo quier tener un coche mejor un piso etc... todo el mundo trabajaria pero no a qualquier precio.
Cuando hay más oferta que demanda el mercado es más competitivo esto es tambien para el trabajo en el momento en que se necesita personal cualificdo se mejora en salarios y en productivdidad de hecho los paises más desarollados no solo tienen más productividad, mejores salarios y mayor proteccion social, llamense suecia,noruega o dinamarca.

Un saludo

Jose miguel

2:47 a. m.  
Blogger gulliver said...

¿Qué quieres decir con reequilibrar la economía? ¿Hacer pagar más iva a los chinos por sus productos? Eso no va en nuestro interés ni en el de los chinos. Te pondré el ejemplo de Ikea. Los suecos de Ikea se dedican cada vez más a los servicios (la gestión, la logística) y dejan la fabricación a otros, a los asiáticos por ejemplo. Los asiáticos se benefician porque tienen puestos de trabajo, y pueden salir de la pobreza, y los suecos se benefician porque sus puestos de trabajo en gestión están mejor remunerados y además pueden comprar muebles baratos.

La deslocalización no está aumentando el paro en España. Sólo está transformando la economía española de una economía industrial a otra posindustrial, más orientada a servicios. De hecho en los últimos 10 años se ha reducido el paro en España a la mitad, a pesar de las deslocalizaciones. Y no es realista pensar que podría haberse reducido más sin deslocalizaciones.

En cuanto al IVA, para pagar la renta básica, sería necesario quizás un IVA del 35-40%, que es una pasada, además de ser un impuesto mucho menos "justo" que el impuesto sobre la renta. Si vas a comprar unos tomates, y tienes que pagar un 40% de IVA es como si te hubiesen quitado esa cantidad en el IRPF, a ti te da igual pagarlo antes que después. La diferencia es que con el IVA todos, ricos y pobres, pagan el mismo porcentaje, mientras que con el IRPF los ricos pagan más porcentaje que los pobres. El IRPF redistribuye la carga de un modo más justo.

En cuanto a la renta básica, creo que puede ser perjudicial cualquier medida que dé rentas sin estar ligado al trabajo, porque crea incentivos perniciosos para no trabajar, trabajar menos o trabajar en la economía sumergida. Yo soy más partidario de completar las rentas bajas de los trabajadores (de alrededor del salario mínimo) con rentas suplementarias, y en todo caso, que el gobierno proporcione trabajos de último recurso para los que estén en el paro de larga duración, y que reciban rentas, pero como premio a su trabajo.

11:02 a. m.  

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