Nada que hacer hasta que se muera el tirano
La Unión Europea ha suspendido las sanciones a Cuba durante un año más. ¿Será un premio para el comandante Fidel por haber excarcelado a todos los presos políticos? Nada de eso, no hemos conseguido nada del comandante. Como mucho la esperanza de que si le da la gana se dignará a dialogar. Ahora Moratinos espera de la magnanimidad cubana "que las autoridades nos hagan una oferta importante y constructiva de diálogo sobre derechos humanos y que podamos hablar con ellas de forma positiva en los próximos meses". Una incierta oferta de diálogo. Impresionantes los avances que está obteniendo la UE en Cuba.
El comandante Fidel y el presidente de la Xunta de Galicia don Manuel en La Habana |
La oposición cubana no tiene muy buena opinión de esta política de mano blanda. Creen con razón que nada se va a sacar así de Castro. Pero tampoco parece que la anterior "guerra de cócteles", hubiese conseguido nada mejor. El comandante tiene la cabeza demasiado dura para responder a ninguna política sensata.
Las sanciones vienen de un par de años atrás, cuando Cuba encarceló a 78 opositores. El gobierno de Aznar incitó a la UE a sancionar diplomáticamente a Cuba, para regocijo de su amigo americano. Ningún alto mandatario europeo visitaría Cuba a la vez que se invitaría a opositores a las recepciones diplomáticas. No sirvió para nada más que para cabrear a Castro que respondió a su vez cortando contactos con las embajadas europeas, inagurando lo que se llamó la "guerra de cócteles".
Después de que Al Qaeda cambiase el gobierno en España, llegó Moratinos que debió pensar que el enfriamiento diplomático no sólo no servía de nada, sino que era un fastidio para la buena marcha de los lucrativos intereses españoles en Cuba. A principios de año convenció a la UE para suspender las sanciones y a cambio obtuvo, al parecer, la excarcelación de 18 disidentes, entre ellos al poeta Raúl Rivero. Una minucia para los alrededor de 300 que malviven en las mazmorras cubanas.
La política de la UE puede ser ingenua o hipócrita, pero al menos no es tan dañina para los cubanos como la intransigencia americana. El embargo no sólo castiga al pueblo cubano económicamente sino que también es la excusa ideal para cerrar filas con el comandante en su liderazgo contra el enemigo gringo.
No hay política sensata que pueda lograr una mayor apertura en Cuba mientras Castro siga jodiendo a los cubanos. La única esperanza es que al comandante no le quedan muchos años de vida y que su hermano Raúl Castro no tenga la misma capacidad de controlar las riendas. La única diplomacia buena sería la que prepare al país para ese momento.
No tengo la menor idea de cuál puede ser esa política. Por supuesto el embargo es lo más perjudicial económica y políticamente para la democracia. Pero diplomáticamente, no estoy seguro de si se debería apretarle las clavijas a Cuba, como parecen pedir la disidencia interior o tratar de integrarla en la comunidad internacional, como preferiría Moratinos.
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